sábado, 9 de abril de 2011

La casa de Tánger

Los padres de Emilio vivían en una preciosa casa en el Zoco de los Bueyes, en la salida de Tánger hacia el Monte, con un precioso jardín lleno de jazmines, bouganvillas y al fondo, una enorme dama de noche.

Esa casa estaba llena de mujeres. Su madre, las tías Otilia y Celia y el servicio, las marroquíes dedicadas a la casa y las españolas en la cocina y la plancha.

En esa casa, a la tía Otilia le encantaba el cine. A Celia la música, con lo que Emilio desde el primer momento estuvo rodeado de todas las músicas y de todo el cine que en Tánger, como ciudad internacional, cada potencia proyectaba.

Posteriormente irían naciendo los hermanos y empezarían a ir al colegio, a los marianistas de Tánger.

Emilio, que siempre fue muy anticlerical, sobre todo motivado desde su expulsión del Colegio Mayor del Opus en el que estudiaba Derecho en Madrid, siempre defendió a los marianistas, por su espíritu liberal, abierto y elegante.

En los marianistas conocería al que fue una amistad para toda su vida: Pepe Cárleton

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